Éll secará todas las lágrimas de sus ojos. No habrá más muerte ni tristeza.
No habrá más llanto ni dolor. Las cosas ya no serán como antes

Por primera vez en su vida, la pequeña Liu Yi sabe lo que significa estar completa; perfecta; no tener dolor, ni enfermedad, ni tristeza. Ya no es una huérfana porque está en la Casa del Padre.

Aunque sólo estuvo con nosotros 4 meses, Liu Yi su vida tuvo un sentido profundo, pues a través de ella aprendimos una lección que estamos seguros de que transformará el mundo, cuando sea puesta en práctica por completo. Con una escoliosis severa y una cardiopatía muy grave, habría sido muy fácil rendirse en el caso de Liu Yi. Pero mientras intentábamos prolongar su vida, los médicos, cuidadoras y resto de personal de New Day fuimos conscientes de que cada una de las vidas merece que se luche por ella. Cada niño que nace fue creado por Dios para un propósito determinado.

Aunque dejarla marchar nos produce mucha tristeza, creemos firmemente que está en los brazos del Padre, que la ama sin medida. Está a salvo y segura, y no volverá a alcanzarla ningún sufrimiento ni dolor.

Las cosas ya no son como eran antes, y eso es algo maravilloso.