Tu nombre chino era "Bebé Precioso", dulce Benjamin. Y eso era exactamente lo que tú eras.
Nos encantó verte crecer desde un pequeño recién nacido hasta un tierno bebé. Eras tan pequeño... tan pequeño y tan perfecto.

Cada vez que te dormimos en nuestros brazos, cantando nanas y rezando por tu futuro, nos dimos cuenta del enorme privilegio que suponía poder abrazar a un bebé tan maravilloso como tú. Desde el día en que naciste, tu vida ha sido una sucesión de milagros. Tantas veces parecía imposible que salieras adelante.... pero lo hiciste, pequeño.

Tu nombre en inglés significa "hijo", y también eras eso. A pesar de que fuiste abandonado el mismo día de tu nacimiento, a pesar de ser un pequeño bebé destinado a no conocer jamás el amor de una familia, ni lo que significaba ser un hijo, supiste pronto, y mejor de lo que muchos sabremos jamás, lo que es ser hijo del Padre.

Mientras luchabas por tu vida aquel primer día, aquella fría mañana de enero a las puertas del orfanato; Él estaba sosteniéndote, abrazándote.
Cuando superaste el vuelo a Beijing para permitirnos intentar salvar tu vida, Él te mantuvo estable.
Cuando continuabas empeorando y, a pesar de todo, seguías luchando por mantenerte vivo, Él era quien te daba la fuerza para luchar.
Y cuando finalmente llegó tu hora, la hora de unirte a tu Padre en el Cielo... Él te llevó de la mano.

Te echamos de menos, nuestro precioso bebé...¡ cuánto desearíamos tenerte de nuevo entre nuestros brazos!. Pero mientras derramamos lágrimas con el dolor de nuestros corazones, sabemos que tú no llorarás más. Porque estás por fin dormido entre los brazos del Padre, y Él te acunará dulcemente para siempre.

 


Written by Jason Sigsby